Inauguración del busto de Pérez Piñero, en Calasparra |
Pérez Piñero regresó en forma de busto a Calasparra.
Último acto de un año marcado por la celebración del cuarenta aniversario de su prematura muerte. Cortos, conferencias, exposiciones... hasta un documental, que se pudo ver en Calasparra, le ha dedicado el Colegio de Arquitectos.
¿Qué conocemos los comarcanos de este arquitecto que fascinó a Dalí (y a Fraga) y con el que quisieron trabajar tanto la NASA como la Navy? Estuvo internado en el colegio Cervantes, el calasparreño, al que el que antiguo rector Ballesta consideraba (Tres genios en nuestra historia reciente) a la altura de Peral o de la Cierva. Su fama es internacional pero su conocimiento en la comarca no llega más allá de Calasparra.
Peor aún ocurre con Miguel Espinosa, que no merece un colegio en su Caravaca (y tenemos de nombre religioso, dedicados a otros escritores, a maestros...), ni una presentación de esa Historia del eremita,
génesis de Escuela de Mandarines.
El busto dedicado a Pérez Piñero, el colegio no dedicado a Miguel Espinosa (¿por qué no -sin ironía- el futuro auditorio?)...
Aprendemos, y memorizamos, desde críos, leyendas varias y ridiculizamos las de nuestros convecinos. Sin embargo, no conservamos memoria para aquello que debiera perdurar.
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