domingo, 19 de mayo de 2013

Eva Braun, de Heike B. Görtemaker

Decepciona Eva Braun. Una vida con Hitler, de Heike B. Görtemaker porque, una vez finalizada la biografía, poco más que antes sabemos de la amante y finalmente esposa del Führer que decidió morir con él. Si en cambio conocemos más de las mujeres de las que se rodeaba el dictador y de lo que se esperaba de la mujer en el nazismo y hasta qué punto Eva Braun respondía al ideal


Tras el final de la II Guerra Mundial, la mayoría de la población alemana no sabía de la existencia de Eva Braun. Aunque en mayo de 1939 la prensa norteamericana publicó Spring in the axis, sobre las amantes de los dictadores alemán e italiano y en diciembre del mismo año el Time concretamente sobre Eva Braun.
Quienes vivieron de cerca la relación la veían de manera diferente, aunque la mayoría coincidía en lo formal que fue. Para su secretaria Christa Schroeder no existió la faceta erótica, Hitler solo amó a su sobrina Geli Raubal, con quien se habría casado si ella no se hubiera suicidado. El ocultamiento de Eva Braun a la opinión pública y también la escasa intimidad que mantenían con su círculo cercano, para Ian Kershaw, responde a que Hitler ejerció su papel de ídolo hasta entre sus colaboradores. Y para la historiadora Brigitte Hamann, ya antes de Hitler, el alcalde de Viena Karl Luege utilizó su soltería con fines políticos.
"Muchas mujeres se me arriman porque soy soltero. Eso fue especialmente importante en  los tiempos de lucha. Es como en el caso de un actor de cine: cuando se casa, pierde para las mujeres que le adoran ese cierto qué; deja de ser su ídolo", explicó una vez Hitler.
Poco sabemos de Eva Braun, y lo que nos dicen quienes la conocieron hay que tomarlo con cautela: el fotógrafo oficial de Hitler, Heinrich Hoffmann, para quien trabajaba Eva Braun y en cuyo estudio la conoció (probablemente en octubre de 1929), siempre tendió, para exculparse, a quitarle importancia al papel que jugó en la relación y a su papel en el III Reich; lo mismo que hay que desconfiar de Albert Speer, para quien el círculo que se reunía en el Obersalzberg en torno al Führer, hablaba de música, de cine, proyectaba ciudades... pero jamás de política, exterminio de los judíos, de decisiones de guerra... Un círculo al que pertenecían Albert y Margarete Speer, Karl y Anni Brandt, Magda Goebbels, que durante un tiempo actuó como "primera dama del Reich"... pero en el que no estaban von Ribbentrop, Göring (en teoría sucesor de Hitler) ni otros jerarcas. Con el método de trabajo de Hitler, ¿esa cercanía no ayudó a que pudieran influirlo o a conocer antes que los otros sus decisiones?
No cabe duda que Eva Braun creció en una familia antisemita (aunque una de sus hermanas tal vez fuera amante de un médico judío); tampoco en que desde el primer momento había decidido morir con Hitler. Y antes morir por Hitler. Intentó suicidarse en dos ocasiones y, como el sumiso, es quien realmente tiene el poder, tal vez estas tentativas sellaran su destino al de Hitler, cuya sobrina Geli Raubal, con la que comparó a todas las mujeres, se suicidó. Además, cuando la derrota se cernía sobre Hitler y algunos como Albert Speer o Martin Bormann pensaron en salvarse con su familia, Eva Braun corrió a Berlín para morir con su amante. 
"Atrapada entre el poder y la impotencia, pero a fin de cuentas actuando con decisión, engreída y en modo alguno una víctima, Eva Braun se aseguró, si bien dudoso, un lugar en la historia", finaliza Heike B. Görtemaker.

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