Con unas décadas de retraso. Acertaba un crítico en su diagnóstico acerca de Siete psicópatas. Pero bienvenido hubiese sido el film de Martin McDonagh en caso de parecerse al primer Tarantino, Ritchie o Boyle. Pero no, la tercera película del director de Escondido en Brujas, también protagonizada por Colin Farrell, supone un paso atras respecto a la anterior (no en ambición) y, por supuesto, dista mucho de poder compararse con Tumba abierta, Lock & Stock o Reservoir Dogs.
Un juego que pide la complicidad del espectador y que comienza brillante pero que cansa pronto y en la segunda parte de la película -precisamente cuando el personaje de Sam Rockwell propone realizar una película introspectiva en el desierto, existencialista: sin tiros, sin sexo...-, resulta aburridísima.
¿109 minutos de película? El problema de tener un reparto tan conocido interpretando personajes que, porque no decirlo, realmente se les dan bien: Tom Waits, Woody Harrelson, Christopher Walken... entonces alargas una película: los fallos de guión crees que los soluciones a golpe de interpretación, de muchas interpretaciones, y vas añadiendo más y más minutos... fue candidata a los Premios Bafta 2012 y se llevó el Premio del Público en el Festival de Toronto.
Debo ser yo, porque si al público le gusta y la mayoría de las críticas que leo son positivas...
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