Pitch Perfect (2012): otra comedia que mira a los 80. Y van...

"La nostalgia ya no es lo que era" si nos encontramos cada año con un sinfín de películas en la que cineastas y guionistas regresan a las comedias que marcaron su infancia; que para una generación como la mía fueron las de los 90 y sobre todo los 80 vistas en vhs.
 A este revival no es ajena Pitch Perfect (Dando la nota, 2012), película de coros con el punto de mala leche que tenían los primeros capítulos de Glee y que, como en la serie de televisión de Ryan Murphy, esa mala leche va aguándose. La dirige Jason Moore, que hace poco tuvo en antena la serie de televisión Trophy Wife, que cuenta con Bradley Whitford en el papel de esposo por lo que le di una oportunidad pero ni fu ni fa.

La escena que guía este regreso es la última de El Club de los Cinco cuando leen la carta castigo del profesor y acaba con Judd Nelson con el puño en alto y la música de Simple Minds. Ese Don't you (forget about me) que los catapultó al éxito masivo.

Anna Kendrick

Pitch Perfect, que de original tiene poco, pero que funciona, quizá gracias a ese poquito de mala baba con final feliz, pero sobre todo a un buen grupo de actores encabezados por Anna Kendrick, toma en su guión mucho del cine de deportes y del cine de inadaptados. La pija, la gorda, la promiscua, la rebelde... deben enfrentarse a otras bandas en un concurso de canto a capella. (Aquí las canciones). Ya les digo: su escena cumbre es a la vez un homenaje a la escena cumbre -perdón, Molly Ringwald, verte comer sushi fue la mía- de El Club de los Cinco. Y la película gusta, pero llegará un momento en que los cineastas deben dejar de mirar hacia los 80: que el mundo era más sencillo, sí, que los besos de las chicas sabían a chicle de fresa, también. Pero si aquel tenía razón y la nostalgia es de pijos; en la última comedia norteamericana los pijos crecen como setas.

Pitch Perfect, canción final

Pitch Perfect, trailer

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