Tras una hazaña del personaje interpretado por Aaron Eckhart, uno de sus compañeros marines le pregunta si se cree John Wayne. A lo que otro pregunta: ¿quién es John Wayne?
¿Una película de Ford con marcianos como enemigos y no indios? Me parece que no. Con Wayne basta, el Wayne actor, pero sobre todo el Wayne director de Boinas verdes (se especuló que Ford le ayudó a rodar El Álamo, candidata al Oscar, era malísima con o sin Ford) con el personaje de Eckhart como un profesional de Ford.
Argumento interesante pero el director, Jonathan Lieberman, es incapza de hilvanar buenas secuencias de acción o acertar con el tono caótico documental que le da a la batalla por las calles de Los Ángeles. Algún plano (como los marines descolgádose tras su sargento) que gustará a los fanáticos de Armageddon y Bruce Willis y la frase final de "L.A. liberada" que anuncia secuela (esperemos que con un actor más dotado).
Por lo demás, si te gustan las películas de invasiones disfrutas, aunque ni ésta ni la británica serie Outcast sacian a los que esperamos la serie Falling Skies de Spielberg.
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