A veces los españoles tienen
ideas. Hasta buenas ideas, como en la Cataluña del año 2009 cuando la Generalitat presentó
su juventud ideal: una en la que no existen inmigrantes, repetidores o inhábiles,
que iguala la media de conocimiento de la OCDE en el Informe Pisa y supera al resto de
escolares españoles.
Si el Tripartito del hermano de
Maragall fue tan creativo en materia educativa, tiemblo en pensar qué queda por
desenterrar en otros ámbitos.
Los catalanes en 2009 fueron suecos y alemanes (o suecas y alemanes, para comenzar con los estereotipos) no catalanes. Los murcianos lo intentaron (lo de los ajustes estadísticos a la catalana), aunque con menor fortuna. La alegría que se hubiera llevado el ex diputado Jesús López, si el consejero Socota hubiera cocinado datos con tanto esmero. «Esta rueda de prensa no se ha convocado para explicar que somos los últimos, los penúltimos o los antepenúltimos…».
Lástima. Yo hubiera hecho la de Maragall. Ahora a nuestros alumnos
y a nuestros profesores (también a los catalanes) no les queda otra que
continuar manifestándose con esa camiseta verde (que, por antiestética, no me
gusta y a Esperanza tampoco porque cree en el significado de los colores y el
verde simboliza… esperanza) cuando hubiera resultado tan sencillo maquillar los
números… Por ejemplo, a los estudiantes «¿Queréis que se invierta en educación hasta alcanzar el 7% del PIB y
un 2% en universidad?». «Según la chuleta que me acaban de pasar, es esa exactamente
la inversión en educación en España».
Por no hablar del efecto positivo en la autoestima de los niños: por
culpa de Ferrán Ferrer y su centro de estudios que ha detectado las
irregularidades, se levanta en Cataluña el chaval y se descubre diez centímetros
más bajo, el pelo negro y oscura la piel (todo lo que le han dicho que no es). ¿Qué
les queda? Cantarse el Mediterráneo.
PD. Gustar o no el verde: dos fotos... Una no me convence.
PD. Gustar o no el verde: dos fotos... Una no me convence.
0 comentarios:
Publicar un comentario