Aunque sea una película tan menor como este London Boulevard, casi siempre prefiero el policiaco británico que su equivalente norteamericano. Bronson, Layer Cake (mi favorita), el primer Guy Ritchie...
Grandes secundarios (un Ben Chaplin bastante macarra, Ray Winstone, soberbio en su papel de jefe de los gangster, Jamie Campbell Bower, el mejor de los tres...), el realismo de la fotografía (más próximo al cine Hollywood años 70), cierto humor, a veces absurdo, a veces incorrecto ("si no fuera por Monica Bellucci sería la actriz a la que más veces han violado y no ha cumplido 30"), pasable banda sonora (Yardbirds, Rolling Stone, Kasabian...) y un aceptable Colin Farrell... el problema con Loundon Boulevard es que flojea donde menos se espera: su director, el debutante William Monaham, fue guionista de Infiltrados (cuando la Academia premió a Scorsese), Al límite o Red de Mentiras. Pero aquí la historia resulta previsible y el final tan evidente (una escena anticipa lo que ocurrirá -de modo tan grosero con la inteligencia del espectador que bien podían haberla subrayado en rojo...) que, como escribía un crítico, resulta buena para verla en casa pero no para gastarte ocho euros en el cine.
Tras el Ryan Goslin de Drive, difícil lo tiene Colin Farrell para ser el héroe del año: pero ya no es el actor que me ponía de los nervios en chorradas como Alejandro de Oliver Stone.
Sinopsis: Tras salir de la cárcel, un criminal del sur de Londres intenta olvidar
su pasado y cambiar de vida; se convierte entonces en el protector de
una joven actriz que tiene ciertos problemas. (FILMAFFINITY).
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