viernes, 18 de enero de 2013

Francisco Salmerón publica La retirada francesa de Andalucía



Francisco Salmerón nos presenta en este libro la cara no heroica de la guerra, la realidad de violencia, expolio y robo que l’Armée du Midien Espagne, capitaneada por Soult, dejó como recuerdo a su paso por los caminos de Andalucía y Murcia en aquel terrible año de 1812”, esto escribe Joaquín Salmerón Juan de la obra de Francisco Javier Salmerón La retirada francesa de Andalucía.


Calasparra (robaron las reliquias de San Sebastián, los Santos Mártires y San Blas; la corona de Nuestra Señora del Buen Suceso…), Cehegín y Caravaca sufrieron las iras de esa caravana de 50.000 hombres, entre soldados franceses y afrancesados, que se retiraron de Andalucía para reunirse con las tropas del mariscal Suchet y reconquistar la capital madrileña. Bullas y Moratalla salieron mejor paradas, aunque soldados dispersos también llegaron a estas poblaciones.
Francisco Salmerón, en los años 90, cuando preparaba la Historia de Cieza encontró en el Archivo del Ayuntamiento documentos sobre el paso de las tropas francesas por la localidad y el grado de destrucción que trajeron consigo. “Siempre pensaba que debía volver al tema. En principio tenía pensado un trabajo sobre lo ocurrido con las tropas napoleónicas en la región, desde Caravaca hasta Yecla. Pero para darle sentido tenía que ampliar el campo, comenzar el libro en Andalucía, donde comenzó la retirada”.
El subtítulo de la obra: violencia, expolio y robo hace justicia a lo que ocurrió en Andalucía y Murcia. El propio Napoleón escribió en su exilio sobre alguna de las causas de la derrota de sus tropas en España: “las guerrillas se formaron a consecuencia del pillaje, de los desórdenes y abusos de que dieron ejemplo los mariscales. Yo debí hacer un escarmiento mandando fusilar a Soult, el más voraz de todos”, recoge Francisco Salmerón estas palabras y también el nombre por el que conocían los otros ejércitos franceses al Ejército de Soult “los bandoleros del sur”.  “Suchet en el Levante imponía disciplina: no permitía robos, violaciones… Los soldados de Soult tenían patente de corso, como se decía antes, hay un episodio curioso en Yecla, donde ‘los bandoleros del sur’ llegan dispuestas a cometer las tropelías que hicieron por Andalucía y Murcia y las tropas francesas de Suchet se lo impidieron”.
Obras de Murillo, Alonso Cano o Zurbarán fueron expoliadas, además de la destrucción de iglesias y otros edificios (conservaron la Alhambra) y el secuestro de los pudientes “es lo que llamaríamos hoy en día un secuestro Express”. Sin contar la necesidad de alimentar ese ejército que necesitaba tres días para llegar completo a cualquier punto. Un pillaje premeditado, lo que no quita, según Francisco Salmerón, que la estrategia de retirada de Soult fuera brillante, aunque el general español Ballesteros se negó a perseguirlos. “Sus autojustificaciones tienen algo de cierto. Pero era militar y se negó a que Wellington estuviera al mando. Al no hostigar a los franceses se perdió Madrid”.
En la comarca del Noroeste la ciudad que más sufrió fue Cehegín, una ciudad abierta sin defensas: “La invasión de Soult en Cehegín ocasionó pérdidas que hemos visto valoradas en más de dieciséis millones de Reales […] Cristóbal Robles considera que no comenzó su despegue demográfico moderno hasta pasada la mitad del siglo XIX”. Y la situación de otros pueblos, como el de Calasparra, la considera dantesca. Entre hambre y epidemias pudo fallecer la mitad de la población y comenzar la recuperación veinte años más tarde. Sin contar el patrimonio robado o destruido.
Pero fue en Caravaca donde el paso de los franceses pudo modificar drásticamente el paisaje que estamos acostumbrados a ver- “Ya habían empezado a prepararse para batir el Castillo de Caravaca, desde donde los habían bombardeado, y lo hubieran destruido como ocurrió en Chinchilla. Pero Soult tenía prisa. Llegó el segundo día y ordenó continuar la marcha porque José I lo esperaba”.
Entre los textos que utiliza destaca, además de historiadores de la comarca del Noroeste y de clásicos, la narración del soldado francés Apollinaire Fée, que sirvió con “los bandoleros del sur”, aunque duda que se pueda encontrar otro texto similar: “lo encontró un murciano que iba a realizar su tesis doctoral en París. Estaba en francés y lo tradujo”.
Explica que queda aún mucho por investigar sobre Murcia durante el reinado de José I, aunque esta tierra nunca tuvo la importancia de Andalucía, Valencia o Madrid, por ejemplo, por lo que no se creó una administración propia.
El libro ya lo ha presentado en Calasparra, el jueves 24 lo hace en Jumilla. “Mi idea, si hay interés, es preentablo en los lugares por donde pasó l’ Armée du Midi, como Cehegín o Caravaca”. Mientras tanto, trabaja en una nueva obra sobre el Trienio Constitucional, la primera experiencia de libertad en la Región de Murcia.

Presentación del libro de Francisco Salmerón

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