miércoles, 23 de enero de 2013

Marcas España

En Caravaca abrieron nuevos supermercados: los contenedores de basura del pueblo. A ciertas horas incluso hay cola.
El domingo un hombre arrojó a la acera (¿para cuándo las multas por tirar basura a la calle en esta ciudad sucísima?) el pitillo a medio fumar y, al vuelo, otro hombre lo recogió, lo apagó con cuidado y lo guardó en el bolsillo. ¿Un lujo para después de la cena en el supuesto de que haya cena?
 Esta es la verdadera marca España: suicidios por no poder pagar, los basureros como supermerado, el chicle mascado, como golosina, el tabaco como placer ya no culpable (¿para qué alargar la vida?).
En Gran Bretaña la Fundación para una Nueva Economía publíco en 2009 un informe comparando el valor social de distintos trabajos: por ejemplo, una limpiadora de hospital, por cada libra recibida,. genera más de diez en valor social. Un banquero de la City por cada libra que se le paga destruye siete en valor social.
Asusta pensar un informe parecido en España. Nuestra otra marca España es un Bárcenas cualquiera, un Díaz Ferrán..., aquellos que se han enriquecido de la explotación de la clase trabajadora, se la criminaliza cuando recibe un miserable subsidio (¿qué se ha hecho con los receptores del Plan Prepara?), aunque sea la economía sumergida en España la que representa el 22,5% del PIB nacional, según el instituto Tax Research.
De Elías  (director adjunto de la empresa de investigación de mercados y opinión pública Sigma 2) presagia un estallido social, pues “en España se darían ya todas las condiciones de grave deterioro social, necesarias y suficientes para el estallido social: altísimo paro juvenil y de larga duración, población inmigrante en paro y/o exclusión social creciente, marginación ascendente, exclusión en alza, precariedad laboral en ascenso, falta de mínimos personales vitales en nuevos sectores sociales,de lo que sería paradigma una  población 'carencial' de más de un tercio de la ciudadanía”.
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