En un par de periódicos cerramos el año y con él se debería hacer un somero balance pasados dos años desde que el PP gobierna en España. ¿Cuánto ha cumplido de su programa electoral una vez que su proyecto estrella, Eurovegas, se ha frustrado –ABC publica que Alcorcón tiene un plan B, no en negro, para los 25.000 currículum del macrocasino- como en Murcia el aeropuerto, el AVE o la Paramount?
Homeopatía, sí; religión en la escuela, también; más dinero en armar a la policía contra los españoles, sí… Empleo, no; bajada de impuestos, no.
Sugería en estas páginas el economista José Molina Molina un “procedimiento de revocación a mitad del mandato cuando el político elegido no cumple lo prometido en manifiesta contrariedad con su electorado”.
¿Cuántos de nuestros ayuntamientos (cuatro populares, uno socialista) de nuestra comarca –también en el ecuador de la legislatura- han cumplido tan siquiera la mitad de su programa?
Bullas, quizá por lo rotundo de la promesa de Pedro Chico y por lo que se parece a las Eurovegas de Rajoy, salta a la vista: 800 puestos de trabajo. ¿Si se han creado menos de 400 debería someterse a un voto de confianza de sus conciudadanos?
Entre las hojas amarillas de este y otros periódicos de 2011 se puede leer entero o en parte sus programas electorales, sería deseable que explicasen los alcaldes en su balance de final o principio de año: qué se ha hecho hasta ahora, qué queda por hacer y cuándo se hará.
A diferencia de Rajoy, que parece que ha trapicheado la cortina de humo de ¿Quiere que Cataluña sea un estado?, ellos no tienen esta excusa. Ni la del terrorismo. Ni la del malhadado Zapatero.
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