El mayor legado de un Presidente debe ser elegir sustituto. Pónganse en la piel de Zapatero: «Mujer y catalana». Y le titilan los ojos. Pónganse ahora en la de Valcárcel: «¿Un sobrino? ¿Una cartagenera?». La familia del Presidente murciano o, más probable, la Alcaldesa de Cartagena tendrán que esperar: porque Valcárcel ya confirmó que repite. ¿Y el Presidente de España? Pronto dirá que también.
Aznar marcó un camino en la política española al presentarse solamente a dos legislaturas. Aunque los miembros del Partido Popular todavía lo están lamentando, fue un precedente que mi impresión es que a Zapatero le hubiera gustado seguir. Pero llega la crisis y, encuesta tras encuesta, los miembros del Gobierno suspenden… También Zapatero, pero menos. Curioso este país: las decisiones controvertidas las ha tomado él y continúa siendo el mayor activo de su partido. Y no es tiempo de mudanzas. Con Valcárcel sucede lo mismo: después de arrasar a los socialistas murcianos en las pasadas elecciones, ¿para qué cambiar?
Más dramática sin embargo es la situación de los municipios: hace unos años resultaba sencilla la labor de los alcaldes: de convenio a convenio, de misa a misa, de comilona a comilona. Pero en su mayoría no son políticos profesionales: ¿quién entre los médicos, abogados, ingenieros y demás va a hacerse cargo del caramelo envenenado ahora que los ayuntamientos tienen problemas de pago y al motor del crecimiento, la construcción, «ni está ni se le espera»? ¿Cómo se traduce esto en el Noroeste? Mi impresión es que solamente se pueden permitir el lujo de no repetir los alcaldes de Calasparra y Cehegín que tienen holgada mayoría. ¿Y los electores? También repetirán: por todo aquello de «mas vale malo…».
Demasiadas impresiones para una columna. ¿Pero alguien apuesta a que nada cambiará ni en 2011 ni en 2012?
Aznar marcó un camino en la política española al presentarse solamente a dos legislaturas. Aunque los miembros del Partido Popular todavía lo están lamentando, fue un precedente que mi impresión es que a Zapatero le hubiera gustado seguir. Pero llega la crisis y, encuesta tras encuesta, los miembros del Gobierno suspenden… También Zapatero, pero menos. Curioso este país: las decisiones controvertidas las ha tomado él y continúa siendo el mayor activo de su partido. Y no es tiempo de mudanzas. Con Valcárcel sucede lo mismo: después de arrasar a los socialistas murcianos en las pasadas elecciones, ¿para qué cambiar?
Más dramática sin embargo es la situación de los municipios: hace unos años resultaba sencilla la labor de los alcaldes: de convenio a convenio, de misa a misa, de comilona a comilona. Pero en su mayoría no son políticos profesionales: ¿quién entre los médicos, abogados, ingenieros y demás va a hacerse cargo del caramelo envenenado ahora que los ayuntamientos tienen problemas de pago y al motor del crecimiento, la construcción, «ni está ni se le espera»? ¿Cómo se traduce esto en el Noroeste? Mi impresión es que solamente se pueden permitir el lujo de no repetir los alcaldes de Calasparra y Cehegín que tienen holgada mayoría. ¿Y los electores? También repetirán: por todo aquello de «mas vale malo…».
Demasiadas impresiones para una columna. ¿Pero alguien apuesta a que nada cambiará ni en 2011 ni en 2012?
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