Cantabella y los talibanes de lo correcto

La obra de Cantabella, que puso en su contra a progres y carcas

La cultura de la queja, feliz expresión de Robert Hughes sobre los estragos de lo políticamente correcto en Estados Unidos, ha llegado a Murcia. Tomen el cuadro de Carmen Cantabella, que aparece en un autobús, en el que funde el cuerpo desnudo de una modelo con el retrato que Velázquez hizo de la esposa de Felipe IV. A los dos días ya daban señales de vida los talibanes de lo políticamente correcto como Victoria Rodríguez de Izquierda Unida que dijo: «Esta muestra incurre en una reproducción del estereotipo de las mujeres en el arte, al sacarla de contexto artístico y utilizarlo como reclamo publicitario». No se quedó ahí y también criticó el eslogan «Crisis, ¿qué crisis?» que no es más que el nombre de un disco de Supertramp. Los murcianos efectivamente estamos sufriendo los efectos de una crisis en la que mucho tiene que ver el Presidente Valcárcel, pero dudo que esa palabra en un cartel ofenda a ninguna familia murciana como pretende la responsable de IU.
En respuesta, el consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz, considera que la izquierda de la región es culturalmente hablando el sector más retrógrado, arcaico, mojigato e inculto que existe. Pero en su propio partido tampoco ha gustado. El alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, ha declarado en toda su simpleza que los desnudos son polémicos y que no se debería herir la sensibilidad de nadie. Como si los salzillos ensangrentados fueran para todos los públicos. A este paso los reaccionarios de la izquierda y la derecha prohibirán el arte antiguo, que es sacro, como el Cristo de Monteagudo, o la posibilidad de un arte contemporáneo que viva en las calles de nuestras ciudades.
En 1914 una sufragista inglesa acuchilló siete veces la Venus del Espejo de Velázquez. ¿Las razones? Parecidas a las esgrimidas por Victoria Rodríguez y el cuadro de Cantabella. Por lo que se ve en Murcia hemos avanzado mucho desde hace un siglo: ya no se acuchillan los cuadros.

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