lunes, 31 de agosto de 2009

¿Por qué luchamos? Afganistán

No trata esta columna sobre el magnífico documental, Why we fight, que Frank Capra dirigió entre 1942 y 1945 en plena II Guerra Mundial. Ya me gustaría ver el mundo con los ojos del creador de Qué bello es vivir.

Cuando escribo esto no sé si Karzai es todavía presidente afgano, tampoco es que importe: se rodeó de antiguos «señores de la guerra» y en las anteriores elecciones, por ejemplo, para comprar el voto de los hombres de etnia hazara ya publicó una ley que incluye la prohibición de que las mujeres salgan del domicilio sin permiso del marido o que sean castigadas sin comer si no consienten en mantener relaciones sexuales con él. Ésta de Afganistán es la guerra de «los buenos». La guerra de «los malos» ha acabado con los vaqueros en sus casas o en las bases militares. También han aumentado las torturas y asesinatos de homosexuales en Iraq, como denuncia Human Rights Watch, además de la persecución a la comunidad cristiana o a esa mucho más amplia y simpática de bebedores impenitentes. A todo esto nunca escuché a Bibiana Aído, ministra de Igualdad, preguntarse por qué luchamos (o para quién trabajamos) en guerras donde los nuestros y los otros son intercambiables. Karzai ha recibido dinero de Irán, ve en China a un socio y ya negocia con los talibanes. En su momento no compartí la salida de España de Iraq: la consideré precipitada. Como pasa el tiempo, la de Hollande de Afganistán no me lo parece. Eran dos guerra que se tenían que ganar y las dos se perdieron Tal vez para el Gobierno del PP o el anterior del PSOE un homosexual, una mujer o un cristiano no valgan lo mismo en Iraq o Afganistán que en España. Pero era por ellos por lo que yo creía en las "guerras humanitarias" que predicaba el francés Kouchner. Ya no.
¿Es ya el momento de preguntarnos con todo el cinismo del que seamos capaces si vale la vida de un soldado español como la de un afgano? Y, si respondemos que no, que la de un español nos parece más preciada, ¿retirarnos? Las mujeres, los ateos, los músicos, los homosexuales, los pertenecientes a otros credos... ni han estado más seguros con nosotros ni lo estarán menos (creo) cuando nos marchemos.

Why We Fight: Prelude to War (Frank Capra) 

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1 comentarios:

rubencastillogallego dijo...

Exacto. Ésa es la reflexión justa. Saber en qué terreno nos movemos, y cuáles son nuestras banderas. Y, sobre todo, preguntarnos siempre el porqué de las cosas que nos dan masticadas en los informativos de la tele y en los periódicos. O el hombre es un animal de preguntas o no es nada.