Excesivo comparar a nuestros políticos con el francés, pero el salto (mortal no, siempre caen de pie) de un lado a otro de arco parlamentario es una práctica que dominan casi tan bien como el Ministro de Vichy.
Pierre Laval: ejemplo de cómo moverse de izquierda a derecha |
Ahora Manuel Fidalgo, ex CCOO con parada en UPyD, se postula para Ministro del Partido Popular (aunque el aval de José María Aznar ya poco importa).
Además del cambio de empresa (o PP o PSOE... o PSOE y PP), las ideas: en unas cuantas semanas ha prometido Rubalcaba todo lo que no hicieron en ocho: dación, patrimonio, ley electoral, ¿le tirará al Concordato? y un acercamiento al 15M (¿o cambiamos a 15-O por merchandasing) en plan paternalista. ¿Fichará a algunos de sus destacados? No a los que se han pasado noche tras noche en la calle pasando calor y dentro de poco frío, sino a los que manejan el lenguaje del Poder, generalmente con pasado socialista y que abandonaron este partido al no obtener las prebendas pretendidas. Basta leer la prensa regional o la ibérica y las caras son siempre las mismas...
Aunque lo normal es que recalen en Izquierda Unida para estas elecciones (que suficiente tiene el PSOE con alimentar a los suyos cuando ha perdido casi todo el manejo de dinero autonómico y pronto lo hará con el nacional) y dentro de cuatro o de ocho volver a postularse para el PSOE: una canonjía, una concejalía, un prólogo, por favor, pàr ami última novela... Dominan el estar a favor y el estar en contra, se infiltran en manifestaciones pero también en vinos de honor... Como decía Arzálluz en otro contexto radicalmente diferente, los jóvenes, los parados movieron el árbol y ellos recogerán los frutos.
No les deseo un final a lo Pierre Laval, pero cansa que los que hablan el lenguaje del Tercer Reich (Víctor Klemperer), se aprovechen de esa emoción (entrevista en El País a Bauman).
PD. Vivir de la política no es delito (debería) pero parece menos honrado que vender coca en la puerta de los parvulitos.
PD2. Borren la posdata uno. Regresar de Sitges y volver a la realidad me ha sentado mal.
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