La Mancomunidad de
Servicios Sociales del Noroeste da trabajo a cerca de veinte personas y
servicios a más de mil de entre las personas (¿clases sociales?) más
necesitadas de la comarca a excepción de Bullas. Los trabajadores, desde hace
seis meses, viven con la incertidumbre de si cobran y de cuándo (situación que
conocen muchos trabajadores dependientes de ayuntamientos y comunidades como
Moratalla o Caravaca Jubilar). Aproximadamente un millón de euros adeuda la Comunidad Autónoma
y más de trescientos mil los ayuntamientos.
Como ocurre habitualmente
(volvemos a Moratalla) las cifras que ofrecen PSOE y PP varían, aunque ambos
partidos reconocen el sacrificio de unos trabajadores que no han dejado de
cumplir con sus funciones. Ancianos, enfermos, inmigrantes, discapacitados…
todos se han beneficiado de sus servicios, casi todos ellos sin voz en la
sociedad. ¿Qué ocurrirá si cierra la Mancomunidad con unos ayuntamientos y una
Comunidad arruinados? ¿Actuarán los ciudadanos del Noroeste con indiferencia
ante la quiebra del Estado del Bienestar? ¿Ocurrirá lo mismo si dejan de pagar
el servicio de recogida de basura y Caravaca o Calasparra parecen Nápoles?
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