Veo Ocho apellidos vascos y, mientras la veo, no puedo evitar tener presente durante toda la proyección que es la película española más taquillera de la historia.
La veo y me pregunto por su éxito, que debe estar relacionado más con el alivio que supone el final del terrorismo etarra que con sus virtudes -que las tiene-cinematográficas. Sin embargo, no es una comedia sobre ETA (solo esa viuda de un guardia civil ¿asesinado?), sino sobre los tópicos que asociamos a vascos y andaluces.