
Inspirada en cuadros de William Hogarth,
Bedlam (1946), colaboración entre el director Mark Robson, el productor
Val Lewton ("
en los comienzos de la década del ´40 se produce
un giro en la producciones fílimicas de horror. Ya no se trataba de
asustar a los espectactadores con los clásicos monstruos -Drácula y
Frankenstein estaban en franca decadencia- sino de provocar la inquietud
en formas mas sutiles" escribe José Antonio López en Quinta dimensión sobre la relación entre Tourneur y Val Lewton) y el director de fotografía
Nicholas Musuraca ("
Hacia 1940 estableció las pautas
estilísticas que aportarían el look visual característico del cine
negro, con la creación de turbadoras atmósferas a base de juegos de
luces y sombras, con el silueteado de los personajes, creando fuertes
contrastes de luz, siempre con medios sencillos. Desarrolló un estilo
visual propio de atmósferas oníricas y amenazantes que trasladaría a
otros géneros"), apenas tiene que envidiar a las películas que el gran Jacques Tourneur rodó con Lewton-Musuraca (
La mujer pantera y
Regreso al pasado). Y otra película del trío Mark Robson, Val Lewton, Nicholas Musuraca,
La séptima víctima, 1943, les hace sombra.