
Tanto John Wick como A walk... presagian secuela. Aquí casi acaban las semejanzas. En las dos hay flashback, pero sin en A walk... completa lo que el espectador conoce; en John Wick resulta innecesario.
En John Wick recuperamos al Keanu Reeves más reconocible como héroe de acción (el que no se toma mucho en serio) y en A walk among... el personaje de Liam Neeson bordea la acción, en la estela de un justiciero a lo Charles Bronson, pero no retoma el papel bessoniano de Venganza ni el director, Scott Frank, realiza una película de acción a la francesa. Sus referentes, desde la fotografía gris hasta la violencia seca pasando por el sexo degenerado, recuerda más al policíaco de los 70.
Basada en una novela de Lawrence Block (del que solo conozco 8 maneras de morir, pero no su versión cinematográfica del año 1986 dirigida por Hal Ashby), prolífico autor de novelas policíacas (suya es la novela en que se basa La ratera) y guionista, con Wong Kar Wai, de la película norteamericana de éste: My Blueberry Nights.
A John Wick tiene estilazo, aunque sea el de un videojuego de los que se ve el fusil y el amarillo del fuego y

A walk among the Tombstones me ha parecido estupenda (a excepción de los 12 pasos) y le veo futuro a los directores de John Wick y a Keanu Reeves si persevera en estos papeles.
Ninguna de las dos inventa el fuego, pero te salvan una tarde aburrida y le dan a Liam Neeson y Keanu Reeves papeles que llevaban tiempo sin encontrar. Sorpresas de 2014
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